Fast food y healthy food, dos términos que dicen tanto, que parecen tan equidistante y opuestos pero que al final, pueden llegar a relacionarse. Los que tenemos una edad y ya tenemos encima algunas que otras décadas, aún nos acordamos del boom del fast food o comida rápida. Cuando llegó, nos volvimos literalmente locos. Sucumbimos desde nuestra juventud y adolescencia hasta hace relativamente poco. Y es que lo que parecía un reinado eterno, empieza a verse amenazado por la necesidad, real o social, de cuidarse y comer bien. Lo healthy está apartando a lo fast pero, ¿pueden convivir ambas tendencias? De hecho, ¿se pueden cohesionar?
Esta tendencia gastronómica es mundialmente conocida y a todos nos es más que familiar. ¿Quién no ha comido y come en restaurantes de comida rápida y devora sus pedidos? Seguramente, nadie. El fast food es una tendencia gastronómica que aparece en nuestro país, en España, allá por finales de los 80’s y principios de los 90’s y como no podía ser de otra manera, proviene de EEUU. Allí, asediados por un ritmo de vida estresante y rápido en todas sus facetas, se ideó este estilo de comida en el que prima “la rapidez”. Comer rápido, en pocos minutos, que no nos quite tiempo de otras cosas de nuestro día (sobre todo trabajo).
De hecho todo se asentó tanto, lo de comer rápido y sin perder tiempo que aún recuerdo documentales que estudiaban las consecuencias de comer “contra la pared”, una práctica para evitar distracciones. No era “pared” como tal pero si la decoración de los restaurantes llevaba a comer lo más rápido posible.
Estos restaurantes rápidamente (valga la redundancia) proliferaron muchísimo. No se medía ni evaluaba la carga nutricional de los platos, ni su aporte calórico ni nada parecido. El objetivo era vender mucho, muy rápido y además, a precios súper ajustados.
¿Qué había detrás? Para los negocios de restauración, muchísima rentabilidad porque el público era cada vez más elevado y la calidad de los alimentos, no era la más excepcional. Así creció la burbuja del Fast Food.
Pero nadie dijo que el Fast Food llevaba implícita la mala calidad o que fuese una bomba de calorías, colesterol y todo lo que no queremos en nuestro organismo. Eso fue implícito con la fórmula del éxito.
Healthy Food es otra tendencia gastronómica, esta vez más reciente y que atiende a otro tipo de razones muy diferentes a la anterior pero no opuestas. La tendencia healthy o comer saludable aparece hace algunos años pero es ahora cuando los restaurantes y negocios la ven ya no como una oportunidad sino como una necesidad y se han puesto manos a la obra.
El fast food, el no medir lo que comíamos y el “todo vale”, dejó a su paso un reguero de obesidad y enfermedades relacionadas con el “mal comer”. Ahora, con estas consecuencias sobre nuestros análisis, hemos descubierto que “somos lo que comemos” y que según nos alimentamos, así es nuestra salud, estado de ánimo, modo de vida, etc. De ahí que hayamos decidido empezar a comer mejor, cuidar lo que comemos, ser más saludables e incluso, bajar el ritmo de velocidad.
Sabemos que ir rápido no siempre es muy positivo para nosotros y qué comer es importante tanto la calidad como la forma. El estrés es una de las peores enfermedades de nuestro siglo y si se suma a comer mal y rápido, ya estamos creando un cocktail mortífero.
De ahí que “comer bien”, saludable y de forma consciente, está cada vez más en boga y todos queremos sumarnos a esta tendencia. Los restaurantes cada vez más lo saben y se han puesto ya a ello. Incluyendo platos determinados, cambiando la carta, dando un nuevo estilo a su cocina… sea como sea, el cambio hay que darlo.
Pues aunque parezca que no, la realidad es que sí lo es. Nadie dijo que la comida rápida tenía que ser mala. O tenía que llevar grasas, fritos, azúcares y demás. La comida rápida en sí es esa comida que no nos lleva horas, que no nos sentamos a una mesa a hacer los 3 platos – postre – café y con la que cortamos absolutamente el ritmo de trabajo y es imposible volver. La comida rápida podríamos traducirla por “comida ágil” y es que lo hacemos en el tiempo que se necesita par comer y además, estamos comiendo – evitando demasiadas distracciones.
Pero por supuesto que la “comida ágil” puede ser saludable. Solo hay que tomar consciencia y dar el cambio. Hay muchas formas de comer de forma más ágil y rápida que con 3 platos a la mesa y postre sin caer en lo nada saludable. Se puede comer un wok de verduras con quinoa y es un plato completo, rico y que se puede llevar en un tupper de take away o pedirlo a la oficina por delivery. Se puede comer (que ahora está muy de moda y los restaurantes ven ahí su filón y cada vez hay más) los famosos Poké de los que ya hablamos. Por supuesto hamburguesas de buena carne, con panes más saludables (sin harinas refinadas) y evitando las salsas repletas de azúcares.
Por supuesto que es una gran y buena combinación. Sobre todo de lunes a viernes en las oficinas. Cada vez más pedimos para comer en la oficina un tipo de comida que no nos lleve mucho tiempo consumirla, que podamos comerla en la oficina y que no sea una bomba en nuestro organismo.
Ahora, con la fusión de lo healthy y el fast food, tienes una gran oportunidad en tu restaurante para potenciar el servicio delivery – llevar a domicilio / oficina. A través de tu página web personalizada (que nosotros creamos por ti) y tu app, podrán hacer el pedido que en muy poco tiempo, tendrán en su oficina listo para comer y además, saludable. Todo es posible si se llega a un equilibrio.